«La Fiesta del Cine», ocasión perfecta para que el equipo de Estudio Chimeno viese la nueva película de Tom Hanks, Capitán Phillips. Palomitas, refresco y a disfrutar.
Desde el primer fotograma una marca inundaba la pantalla. El logotipo de la compañía Maersk aparecía una y otra vez: en la cubierta del barco, en los contenedores… El capitán lo nombraba continuamente. No nos lo podíamos creer ¡Tom lo había vuelto a hacer! La película se había convertido en un enorme product placement. Sin embargo, en este caso no era así, ya que la peli estaba basada en hechos reales.
Pero ya no podíamos olvidar otra película de nuestro amigo Tom: “Náufrago”. Un hito en el mundo de la publicidad, pues si hay un aspecto que recordarás por encima de todo es la marca FedEx.
El product placement, que anteriormente podíamos ver en series o películas siempre en un segundo plano, ahora se convertía en protagonista. Por un lado, teníamos el balón de la marca Wilson, que era uno de los principales “actores”. Por otro lado, la marca FedEx aparecía constantemente: en furgonetas, en los paquetes que el náufrago encontraba en el mar… Y lo más sorprendente de todo fue que el protagonista adoptaba los valores propios de la marca: horarios, fiabilidad, seguridad, etc. La marca era la excusa para realizar una película. El consumidor se entretiene y, además, recibe constantemente valores de la compañía.
Pero hay otros ejemplos. En la campaña de Navidad 2007 de Freixenet (corto dirigido por Martin Scorsese), la marca no es tan invasiva, apenas aparece. De hecho no parece publicidad. Como el consumidor lo que quiere es entretenerse, se antepone al vender. Se crea cierta inquietud o curiosidad en el espectador para que permanezca atento para, finalmente, mostrar el producto.
Estos ejemplos llevados a cabo en el cine o la televisión forman parte de lo que en publicidad llamamos Brand entertainment. Brand, Brand y más Brand.